Páginas
- Página principal
- imajenes de la musica la musica
- como influye la música en los jovenes ...
- ventajas y desventajas de la musica
- historia de la musica
- los mejores cantantes de regueaton
- mi nuevo blog les servira para saber todo sobre la...
- silviajulianacamargo.blogspot.com.co
- los mejores cantantes del 2015
lunes, 27 de julio de 2015
Los adolescentes y el celular – Marzo 2006
Documento de libre disponibilidad Pág. 3
1 Introducción
El presente documento es una síntesis de la relación entre los adolescentes y el
celular, la cual sufrió un cambio radical con la explosión del servicio que se registró
entre los años 2003 y 2005 en Argentina.
El mismo se basa en diversos estudios, tanto cualitativos como cuantitativos
vinculados al segmento de adolescentes y al uso por parte de éstos de diversas
tecnologías (principalmente celulares e Internet), que Carrier y Asociados realizó
desde el año 2002.
Este documento es de libre disponibilidad y su distribución es gratuita. Su
reproducción, total o parcial, está autorizada con la única condición de citar la
fuente (título, autor y año de publicación).
2 Las bases del fenómeno
Los jóvenes de 12 a 18 años componen la primera generación que estuvo en
contacto con el celular prácticamente desde que nació. A diferencia de los adultos
que vieron cómo el celular aparecía como una rareza generando nuevas conductas,
los adolescentes lo ven como algo totalmente habitual. Es por esto que para este
grupo, el celular está integrado a su vida cotidiana de forma totalmente
naturalizada.
El éxito del celular entre los adolescentes responde a diversos factores, tales como:
· Marcar el comienzo de la independencia del individuo
· Actuar como un ansiolítico para los padres
· Crear un espacio propio
· Actuar como medio de coordinación familiar
Independencia del individuo: Actualmente el celular es un nuevo símbolo que
ocupa un lugar similar a la entrega de las llaves de la casa, combinación que marca
el proceso tradicional por el cual los padres alientan a sus hijos a comenzar a
desenvolverse en el mundo con relativa autonomía. Así, goza de cierto prestigio
Los adolescentes y el celular – Marzo 2006
Documento de libre disponibilidad Pág. 4
ante la mirada del adolescente, ya que es un instrumento que lo hace
manifiestamente “adulto”.
Ansiolítico para padres: Los padres son quienes suelen iniciar a sus hijos en el uso
del celular. Éste logra calmar sus ansiedades dado que perciben que sus hijos están
permanentemente en contacto, sintiendo que de esta manera pueden localizarlos
inmediatamente y por lo tanto protegerlos. Podría decirse que el celular funciona
como una garantía de seguridad de movimiento, un paliativo para aliviar tanto
temores propios como los que el contexto suma.
Creación de un espacio propio: Más allá de la percepción del celular como un
dispositivo de monitoreo, el permitir que los hijos tengan uno es una forma de
ayudarlos a independizarse cuando el tiempo marca que es imposible retenerlos.
El celular posibilita a los adolescentes crear un espacio discreto, separado del de
sus padres y a la vez posibilita que tomen contacto con éstos cuando exploran
nuevos espacios.
Coordinación familiar: En los últimos años el celular ha fortalecido su presencia
dentro de la estructura familiar. Esto se debe en parte a que la vida diaria se ha
tornado cada vez más compleja debido entre otras cuestiones al creciente número
de madres que trabajan, la transformación de las estructuras familiares con una
presencia más fuerte de padres separados y familias consolidadas, y jóvenes
inmersos en distintas actividades fuera del hogar, generando la necesidad de
recurrir a varios medios de comunicación para poder estar en contacto. Con lo que
más allá de calmar ansiedades, el celular resuelve problemas de organización y
logística dentro del grupo familiar.
3 Cronología de la adopción del celular entre adolescentes
3.1 Fines de los 90: Mi mamá me llama
Cuando unos pocos adolescentes usaban celular, poseer uno implicaba pertenecer
a la avanzada, ser pionero y por lo tanto líder. Si bien los pocos usuarios de aquella
época en el discurso manifiesto negaban ostentar el celular, era usual que
encontrasen fácilmente un pretexto para exhibirlo con orgullo. Su uso solía
limitarse a recibir llamadas, básicamente de sus padres. Comunicarse entre pares
era algo poco usual.
Los adolescentes y el celular – Marzo 2006
Documento de libre disponibilidad Pág. 5
3.2 Año 2000: Si sólo fuera un mensajero portátil
Con el cambio de siglo (y de milenio) la posibilidad de intercambiar mensajes de
texto era conceptualizada por sus potenciales usuarios como un “ICQ portátil”,
dada la convivencia de los adolescentes con la mensajería instantánea. Ya entonces
se proyectaban utilizando esta capacidad en todos los lugares, desde el colectivo al
colegio. El hecho de poder llegar a tener este “mensajero instantáneo ubicuo” era
valorado en tanto les permitiría comunicarse en cualquier momento y lugar…
“ya”.
Pero en ese entonces los mismos adolescentes aludían como condición necesaria
para el éxito del SMS un requisito fundamental: tener con quien comunicarse. Por
lo tanto, su uso dependía no sólo de contar ellos con un equipo apto, sino
también de que lo tuviesen los integrantes de su grupo de pares. Esta situación
tardaría casi un lustro en resolverse.
3.3 2003, antes del boom: Uso limitado y compartido
Hacia el 2003 los usuarios adolescentes seguían perteneciendo a hogares de clase
media o media alta donde había más de un móvil y generalmente se iniciaban en
su uso compartiéndolo con otro integrante de la familia. Era una práctica habitual
en este segmento complementar el celular con teléfonos públicos y locutorios.
Solían encender el celular fuera de sus hogares y aunque éste fuera propio, no los
acompañaba en todo momento limitándose a ciertas salidas generalmente
nocturnas o durante el fin de semana.
Para esta generación el teléfono público constituyó el “momento lógico anterior” al
celular. Ya que antes de tener a su alcance un móvil los padres solían proveerlos de
tarjetas telefónicas o dinero para que pudieran comunicarse con ellos desde
teléfonos públicos.
Las salidas nocturnas solían incentivar a los padres a prestar o proporcionar un
móvil para poder contactar a su hijo, y en ese mismo contexto, para que éste
pudiera acceder a servicios de radio taxi o remises. Si un adolescente contaba con
uno propio, generalmente era heredado de algún mayor que había renovado su
equipo.
El uso en público del celular entre los adolescente no pasaba desapercibido. Así
mientras que algunos “gritaban” su posesión, exhibiendo sus terminales como una
muestra de estatus, otros realizaban comentarios despectivos respecto de los
Los adolescentes y el celular – Marzo 2006
Documento de libre disponibilidad Pág. 6
primeros de los cuales opinaban “lo muestran para hacer facha”. Para estos últimos
recibir un llamado en lugares público causaba un fuerte pudor.
En esta época todavía no se había producido el gran recambio tecnológico, y los
terminales analógicos preponderaban en este segmento, lo cual atentaba contra el
uso de SMS, un servicio que les resultaba sumamente atractivo aunque aún poco
cercano. Al obstáculo tecnológico de contar con un equipo no apto, se sumaba la
falta de interconexión entre distintos operadores y la poca cantidad de
interlocutores posibles entre su grupo de pares. No obstante mostraban gran
receptividad al SMS, aunque más no fuera para experimentar. Así varios habían
probado enviar mensajes ya sea desde algún equipo digital a su alcance o desde
sitios de Internet.
Entre los medios de comunicación utilizados, las preferencias solían volcarse hacia
el teléfono residencial o los mensajeros instantáneos (ICQ y MSN en esa época)
tendiendo a privilegiar el que estuviese mayormente disponible al resto de sus
pares.
3.4 2004, año del despegue: Comienza el efecto de red
Para este entonces las ventas de celulares crecieron notablemente, llegando a
sectores que nunca antes habían podido acceder al servicio. Así, el celular
comienza a dejar de ser percibido como un elemento suntuario. A estas alturas el
usuario adolescente tendía a integrar familias donde padres y hermanos que se
manejaban con cierta libertad contaban con un móvil. En líneas generales los
padres eran quienes urgían a sus hijos a llevarlos cuando comenzaban a salir, el
poder localizar a sus hijos los tranquilizaba.
A medida que el celular se iba propagando entre sus pares los adolescentes
comenzaron a utilizarlo más para socializar, ampliando su uso. Por lo general lo
mantenían apagado dentro del hogar, pero comenzaron a llevarlo con mayor
asiduidad cada vez que salían del mismo.
Ya en ese entonces, la principal atracción es la capacidad de mensajes, siendo la
voz un requisito paterno y casi accesorio. El uso de los mensajes de texto
comienza a propagarse entre los pares “por contagio”. Así el SMS empieza su
etapa ascendente basando su popularidad en una combinación de menor costo,
capacidad tecnológica en los terminales en uso y aptitud generacional. Siendo
adoptado a tal punto entre los adolescentes que refieren “hablar” cuando
intercambian mensajes de texto. Esta “oralidad escrita” desplaza al uso de la voz.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario